La digitalizacion comercio convencional está aquí, ya que las tiendas también quieren las 'cookies' que generas cuando vas a sus establecimientos físicos: este es el sector de datos en auge en el retail.

Gracias al desarrollo de modelos y algoritmos de inteligencia artificial, las grandes empresas tecnológicas pueden prevenir y fomentar determinadas conductas en sus usuarios. A veces no lo hacen de forma intencionada: un buen ejemplo de ello es la polarización social que provoca el algoritmo que decide qué contenido mostrarte en Facebook.

Pero hay momentos en que un algoritmo no es capaz de todo. Para evitar que los usuarios de Internet se retiren de las pasarelas de pago, muchos portales incluyen una cuenta regresiva para completar formularios o pagar e incluso muestran avisos de que quedan muy pocas unidades del artículo que está comprando.

No siempre es verdad. Este tipo de estratagemas son lo que se conoce como patrones oscuros. Pero estos patrones oscuros no solo se encuentran en la red.

En las superficies comerciales convencionales también hay muchos de estos patrones oscuros. Estrategias cuya eficacia ha sido ampliamente demostrada. Desde poner productos lácteos al fondo del supermercado para que, a la hora de comprarlos, debas recorrer toda la tienda, hasta relajar los hilos musicales para que los clientes vayan más despacio por el establecimiento.

Digitalizacion comercio convencional

La digitalización del comercio convencional también está transformando la forma en que los establecimientos recopilan información de sus clientes y optimizan esos patrones de compra física. En los últimos años, han aparecido varias start-ups que están aprovechando las cámaras de vigilancia de circuito cerrado para recopilar información sobre el comportamiento de los usuarios.

Un empujón, el de recoger todo el comportamiento comercial, que viene dado por el buen comportamiento que ha demostrado el mercado minorista nacional en 2020, último ejercicio con datos completos.

España, con más de 232.659 millones de euros, es el cuarto país con mayor volumen de ventas de todo el Viejo Continente. Se ubica detrás de Francia, Italia y Alemania, que lidera el ranking, según los datos recopilados por Statista.

"Es algo así como galletas. Dejas pequeñas migas cuando compras en línea, cada vez que mueves el mouse o pones algo en el carrito. Las empresas analizan todo esto en detalle. Pero, imagínese si pudiera entender cuánto tiempo le toma a un cliente hacer sus compras en una tienda física o cuánto tiempo se detiene frente a un estante. Esas son las pequeñas migas que usamos."

La ponente es Karen Burns, cofundadora de una start-up llamada Fyma que nació en 2017 para reutilizar con precisión esas cámaras de vigilancia y convertir todo lo que graban en datos de calidad para sus clientes. Así lo explicó ella misma en este artículo de The Source.

Digitalizacion comercio convencional para empresas

Pero Fyma no es la única. En España, este negocio también está creciendo. La pandemia ha impulsado la digitalización del comercio minorista: el mundo se llenó de cámaras termográficas que podían medir la temperatura corporal de todas las personas que pasaban frente a ellas. Aunque se cuestionó su efectividad en la lucha contra el coronavirus, surgieron otras aplicaciones.

No son solo cámaras. Los grandes almacenes se han llenado de probadores virtuales, espejos en los que los usuarios pueden probarse ropa e incluso maquillaje. El Corte Inglés, en su obligada metamorfosis digital, decidió el año pasado reforzar su oferta online incorporando a sus canales digitales un espejo virtual con los productos del Grupo L'Oréal.

Modiface, el nombre que se le da a la herramienta, permite a los usuarios comparar el efecto de los productos mientras compran en línea. La tecnología ofrece resultados realistas, así como una calibración de las sombras por inteligencia artificial y la simulación de cada tono en base a la información que aportan las marcas de maquillaje.

Declaración de digitalizacion comercio convencional

"El funcionamiento es muy sencillo, solo hay que entrar en la web o app de El Corte Inglés, elegir el producto y subir una foto o conectar la cámara del dispositivo para comprobar cómo queda el producto en el rostro sin tener que usarlo en la propia piel", aseguran desde la compañía de cosméticos, que también promete que no se almacenan datos personales.

El Corte Inglés no es ni mucho menos la única firma española que ha apostado por digitalizar sus establecimientos, más allá del canal online. El año pasado, Zara lanzó Zara Beauty, una línea de cosméticos. Para Coro Saldaña, consultora en el ámbito digital de la moda, este proyecto es "el mayor movimiento de diversificación desde que el grupo lanzó Zara Home en 2003".

Para evitar otro revés (no es la primera vez que Inditex se acerca a la cosmética, lo intentó pero fracasó en 1999), Zara Beauty habilitó Beauty VR Store, otro espejo capaz de recrear virtualmente el resultado de diferentes productos en sus clientes.

Cámaras termográficas, cámaras con inteligencia artificial, probadores virtuales. Las grandes tiendas ya tienen las herramientas.

Pero, ¿están utilizando los datos de los usuarios para optimizar sus operaciones amb Digitalizacion comercio convencional?

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